La ciudad de Burgos, su conformación física para una movilidad más sostenible, tiene un amplísimo margen de mejora. Hay mucho trabajo por hacer. No es ninguna novedad que Andando Burgos ponga en solfa todo aquello que estima como déficit o que señale problemas generales que deberían ser resueltos por el Ayuntamiento. Porque la ciudad debe adaptarse a los requerimientos de la movilidad sostenible, debe avanzar para tener una movilidad más segura, justa y eficiente, y debe calmar el tráfico y mejorar las condiciones de peatonalidad.

Sabemos que ello conlleva inversión pública y que esta debe ser muy bien meditada y distribuida, de ahí que se acepte de algún modo la lentitud con que la política municipal acomete los cambios necesarios. Pero una cosa es ser comprensivos con la lentitud, y otra distinta es serlo con el desenfoque de las actuaciones, como por ejemplo el manifiesto error de colocar sistemáticamente los nuevos aparcabicis en el espacio peatonal, en vez de disponerlos en la calzada, que es su espacio, en tanto vehículo. Los aparcabicis en la acera serían aceptables como excepción, pero no como norma; pero además de impugnables en el espacio urbano heredado son inaceptables en el espacio recién urbanizado.

Es importante esta distinción entre lo que ya existe porque otrora se hizo y lo que hoy día se proyecta para la expansión o la regeneración urbanas. Y es que, si los pequeños cambios que la administración municipal acomete de cara a la pacificación del tráfico en la ciudad consolidada (mecanismos para la reducción de velocidades, pasos peatonales sobreelevados, etc.) están teniendo un ritmo aún lento pero correcto, en lo referente a los nuevos espacios urbanizados, sin embargo, resulta especialmente desalentador el tipo de diseño urbano aplicado.

Andando Burgos denuncia que los criterios de diseño urbano aplicados en Burgos son de otra época, no están adaptados en absoluto a la nueva cultura de la movilidad. Y ya es hora de cambiar. Puede comprobarse fácilmente cómo en la urbanización actual de las nuevas áreas de la ciudad, desde los últimos planes especiales y parciales hasta el reciente proyecto de regeneración de Capiscol, continúan primando los criterios de la circulación automovilística sobre todos los demás criterios de diseño del espacio público urbano, normalizando los retranqueos de los pasos de peatones incluso en lugares sin justificación circulatoria. En el diseño de Capiscol (en concreto, calle Real y calle Molino Salinas), no solo se ha dispuesto de nuevo de aparcabicis en la acera, sino que los cruces peatonales no respetan el itinerario peatonal directo y se retranquean sin ninguna necesidad (incluso siendo camino de Santiago), las aceras apenas han visto crecer su anchura, los giros de la circulación rodada han generado puntos de estrechez en la acera y el arbolado en alcorque es anecdótico. Un diseño obsoleto centrado en la accesibilidad del automóvil.

Andando Burgos, en definitiva, requiere al Ayuntamiento para que modifique sus criterios técnicos de diseño urbano, adaptándolos a los mejores discernimientos del urbanismo moderno, sensibles con la nueva cultura de la movilidad.

Andando Burgos, 16 de septiembre de 2020. Semana Europea de la Movilidad.