¡Es que no aciertan!

Recientemente se ha ejecutado una nueva «conexión» ciclista entre calle Cruz Roja y Avda. del Arlanzón, a través del propio Parque de la Cruz Roja.

En este caso no es tan lesivo que algunas bicis pasen por ese parque y haya que compartir algo de espacio. Lo que es lesivo es cómo se hace y sobre todo para qué.

Recientemente se ha reurbanizado el entorno del campo de fútbol de El Plantío y la sección de la calle contempla una vía ciclista en calzada (perfecto), pero que posteriormente girará por delante de la plaza de toros (en acera) para conectar con el tramo existente de la calle Cascajera; o en su defecto, los usuarios seguirán recto, por acera, a conectar con la zona polideportiva anexa.

¿No sería mejor aprovechar la calle de la Cruz Roja, pacificarla e incorporar a la bicicleta en ese tramo de forma que conecte con Cascajera de forma rápida, cómoda y recta?. En vez de ello, nos apoyamos en el tramo de acera bici existente en calle de la Cruz Roja, obsoleto y que incumple alguna ley y recomendaciones técnicas, y bloqueamos el itinerario peatonal, ya forzado, de quienes cruzan la propia calle Cruz Roja procedentes de la calle Vitoria.

(Inciso: el primer tramo del parque se ha ejecutado con una rampa que ni los ciclistas más en forma librarán con soltura. Además, si este tramo tuviese otra intención (que pasaran viandantes), tampoco sería apto para muchas personas; aunque terminarán pasando viandantes por allí, pues es una forma directa de conexión con el parque…y quizá hubiese sido más razonable abrir ese paso con esa intención).

Otra posibilidad ciclista, sin duda, sería pacificar toda la Avda. Arlanzón en este tramo, aunque se nos antoja utópico, y quizá abra puertas a «ideas» faraónicas si es que no está «dibujado» ya en algún cajón. Y si es así, tendríamos posibilidades ciclistas por doquier en este entorno, pero para entonces, se habrían consolidado usos no apropiados del espacio público generando lo que parece pretenderse: conflicto entre los usuarios más vulnerables y necesarios para conseguir una mejor movilidad, una mejor ciudad.

No queda otra que seguir insistiendo: «bici inocente, diseño culpable».